lunes, 26 de noviembre de 2012

John Silver

Más allá de la noche que me cubre negra como el abismo insondable, doy gracias a los dioses que pudieran existir por mi alma invicta.

En las azarosas garras de las circunstancias nunca me he lamentado ni he pestañeado. Sometido a los golpes del destino mi cabeza está ensangrentada, pero erguida. Más allá de este lugar de cólera y lágrimas, donde yace el Horror de la Sombra, la amenaza de los años me encuentra, y me encontrará, sin miedo.

No importa cuán estrecho sea el portal, cuán cargada de castigos la sentencia, soy el amo de mi destino: soy el capitán de mi alma.








(William Ernest Henley - A book of Verses)