Aprovechar la vida es el objetivo de ésta. No sabemos lo que nos espera, pero sí lo que esperamos de ello. Podemos incluso, por qué no, ser inmortales. Hacer algo que nos valga la vida eterna. De ilusiones también se vive.
Por ahora, yo al menos, seguiré recorriendo la delgada y frágil línea, mirando donde piso, no al horizonte. Viviré cada momento sin preocuparme de cuánto sedal me queda hasta que empiece a ver el anzuelo en el agua. No vivir a lo bruto, sino con paciencia y mimo. Cada pequeñez es única e irrepetible. Estudiaré todas las materias, visitaré todos los lugares, pondré conciencia y fe en explotar lo que para mí es importante. Todo ello para asegurarme de que un día no mire atrás y me arrepienta de no haberlo hecho todo como debía.
Aunque siendo sincero, haga lo que haga, aunque haya tomado la decisión más correcta y sepa que las demás eran erróneas,... lamentaré no haber elegido otra.
Así pues convoco esta reunión del Club de Los Poetas Muertos.
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