martes, 30 de agosto de 2011

Carpe Diem

Eh, venid, mirad las fotos. Fijáos bien en cada uno de ellos. Son como nosotros, tan parecidos a nosotros, con sueños, ilusiones, una sonrisa en la cara, una forma de ver el mundo, todo. Ellos ya no están. Pasaron por la vida, se hicieron esta foto, dejaron su pequeña huella, y se fueron. Yo no creo que la verdad sea como una manta que te deja siempre los pies fríos, sino que lo es la vida. Intentas estirarla, que te cubra lo máximo posible, pero siempre quieres más. 

Aprovechar la vida es el objetivo de ésta. No sabemos lo que nos espera, pero sí lo que esperamos de ello. Podemos incluso, por qué no, ser inmortales. Hacer algo que nos valga la vida eterna. De ilusiones también se vive. 

Por ahora, yo al menos, seguiré recorriendo la delgada y frágil línea, mirando donde piso, no al horizonte. Viviré cada momento sin preocuparme de cuánto sedal me queda hasta que empiece a ver el anzuelo en el agua. No vivir a lo bruto, sino con paciencia y mimo. Cada pequeñez es única e irrepetible. Estudiaré todas las materias, visitaré todos los lugares, pondré conciencia y fe en explotar lo que para mí es importante. Todo ello para asegurarme de que un día no mire atrás y me arrepienta de no haberlo hecho todo como debía. 

Aunque siendo sincero, haga lo que haga, aunque haya tomado la decisión más correcta y sepa que las demás eran erróneas,... lamentaré no haber elegido otra.


Así pues convoco esta reunión del Club de Los Poetas Muertos.


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