jueves, 14 de junio de 2012

La Edad de Oro

Esa época, embebida en recuerdos, en el fondo de la mente. Era pequeño, jugaba al Mecano, salía a la calle a jugar al fútbol, tenía un coche RadioControl, y se me quedaban blandos los cereales en la leche mientras me quedaba embobado viendo Montana, Pokémon o Digimon. Cuando la única preocupación era el tazo que te iba a salir en la bolsa de Chetos Pandilla o de que no quedaran Fantasmikos en el kiosko de la playa. Esos eran problemas de verdad. No entendía por qué la gente iba tan rápido de un sitio a otro si no estaba persiguiendo una pelota ni iba a tirarse al agua.

Imaginaba mis propios personajes en mundos geniales y fantásticos. Con dragones, héroes con armadura, espada y escudo, ... ciudades en peligro, superhéroes para los que no había nada imposible.

Dibujaba cosas siempre fuera de lo real, a excepción de animales y algún que otro paisaje con más fallos que aciertos. Me pasaba el día pensando cómo hacer para que la gente a la que veía tan estresada por todo, tuviera un respiro y fueran las cosas más fáciles. Enganchaba un par de cables por aquí, una pila allá, un trozaco de plastilina, y todo parecía  mucho más sencillo.

Hacía estaciones meteorológicas con un bote de yogur y cuatro palillos de dientes. Salía de excursión, de pesca, o me quedaba como una pasa mirando con las gafas el fondo de arena de la playa desenmarañando lo que fuera que estaba tan bien escondido.

Correr de un lado para otro, rasparse las rodillas... ¡Sí!, ¡estas son señales de haber combatido!

Todo en el recuerdo de la infancia. Ese niño no va a desaparecer nunca, ni quiero que lo haga. Me recuerda quién soy, cómo he llegado hasta aquí, y que no hay problema lo suficientemente importante que no lo pueda solucionar un poco de música que me lleve de nuevo a esa edad de oro.






Cuando eras joven y sabio, escribiendo tus cartas en la arena, y tu imaginación te llevaba todo de la mano.

¿No te has preguntado nunca qué locas aventuras puede haber en las corrientes submarinas por debajo de las olas, ... en el fondo del mar?

3 comentarios:

  1. Aiii me gusta muchisimo amor :)
    Jo yo también me quedaba embobada viendo Montana, de ahí a que mi madre dejase de comprarme cereales porque no me gustaba nada nada nada los cereales blandos.

    Yo le decia a mi madre: '' A mi me gustan duros'' y fijate ahora, también me siguen gustando duros e.e xDD

    En fin después de todo esto te digo que es una de las entradas más guays que tienes, porque porque me encantaba Pokemón, Montana, Lum la chica invasora, La familia crece, Sakura y muchisisisisimos dibujitos mas que me acabas de hacer recordar. GRACIAS!!

    Ojalá pudiese estar ahora mismo en la playa tumbadita haciendo castillos de arena mientras miro al agua fresquita :3

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  2. Jajajaja Es que son las mejores series! ;) Y los cereales blanduchos son asquerosos, convierten eso en una heterogénea pasta de maíz, chocolate y leche xD

    Y deja las connotaciones sexuales relacionadas con la infancia y con tu madre, por Dios! ¬¬ xDDDD

    Yo también quiero playa :(

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  3. Pero si no hay connotación sexual alguna! :O jajajjaja


    Ando descalzo y mojo mis pies en la playa...(8)
    http://www.youtube.com/watch?v=1xG7w5i86WM

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