miércoles, 30 de enero de 2013

No rendirse nunca.

Es imposible no tener nunca algún tipo de confrontación verbal con alguien. Soy una persona a la que le gusta discutir una amplia variedad de temas, me parece que es una forma de enriquecerse y hacerse más y mejor.

Hay personas que, por las circunstancias que sean, no tienen una base sobre la que cimentarse para una discusión abierta. Bien no tengan claro lo que defienden, bien no sepan argumentar su postura, o bien no sean capaces de mantener una conversación y dejen avasallarse por muchas palabras largas y términos escabrosos. 

Lo que verdaderamente me saca de quicio es la gente que "pasa" de discutir. No claudica, no llega a una conclusión, no intenta argumentar su postura, no acepta o llega al punto de "son posturas diferentes, no entran en conflicto y no vamos a convencernos entre nosotros"; simplemente pasan de discutir. Puede ser porque, para ellos, el objetivo de una discusión sea ganar, convencer al contrario, alimentar su ego (nada más lejos de la realidad es exponer ideas, e intentar llegar a una conclusión razonable por argumentos entre las partes). 

Estas mismas personas suelen ser las que exponen sus argumentos para vencer a toda costa, y no tienen que ser argumentos veraces, ni siquiera lógicos. El objetivo es lo que buscan, los medios les resultan indiferentes. 

Es uno de los pilares podridos de la sociedad, sostenido sobre una dura roca de ego, en una balsa de lodo. Y para combatirlo, hay que tener claro lo que defiendes, tus ideas, tus opiniones. Que nadie cambie tu forma de pensar porque grite más fuerte o hable más. 

Como diría Winston Churchill (vena de Segunda Guerra Mundial: activada): 

"Nunca rendirse. Nunca, nunca, nunca. En nada, amplio o pequeño, grande o minúsculo. Nunca rendirse salvo a las convicciones de honor y el buen sentido común. Nunca ceder a la fuerza. Nunca ceder ante el poder aparentemente abrumador del enemigo."

2 comentarios:

  1. Y quizá hay gente que de temas no quiere discutir porque no crea que le vayan a reportar nada nuevo, es algo que no les interesa o no quieren oír, aunque lo sepan.

    Y eso no quiere decir que eviten la confrontación, simplemente que es un tema que no les interesa lo suficiente. ¿Quién sabe si en otros sí?

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  2. Claro, pero se basan en la idea preconcebida de que eso es así, de que no van a conseguir nada nuevo, de que han hecho un juicio de valor precedente que predice todo lo que va a salir en claro. Y no siempre es así. Ni siquiera tiene por qué hablarse del tema explícitamente para que salga una pequeña idea, o un punto de inflexión.

    La virtud no está en el conocimiento personal, sino en el colectivo. Dame una palabra, y moveré el mundo.

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