viernes, 20 de mayo de 2011

Esta es una historia sencilla, pero no es fácil contarla...

... Como en una fábula, hay dolor. Y, como una fábula, está llena de maravillas y de felicidad.

Todos tenemos nuestra historia que contar, escuchándola se conoce a alguien. Es fácil hablar con alguien, pero casi siempre que lo hacemos son de cosas anodinas y sin importancia, con poca profundidad y llenas de tópicos como los estudios o los amoríos. Hablar con alguien de verdad significa mucho más.

 A través de las palabras se llegan a hechos, y de los hechos a pensamientos, y de los pensamientos a razonamientos, y de los razonamientos a sentimientos, y de éstos a conformar la personalidad de alguien, y su forma de ser real.

Pero no con todos se puede hablar así, hay quien tiene un transfondo vacío, sin mucha transcendencia, y con poco interés. Sin embargo siempre encuentras personas con las que puedes Hablar con mayúsculas, y que tienen mucho más que un buen cuerpo y un par de frases hechas. A esos son a los que más puedo llamar amigos.

¿Que cual es mi historia? No sabría decirte. Aún no me conozco lo suficiente como para poder decirte nada concluyente. Tan sólo sé de mí que creo no pertenecer al primer grupo, si fuese simple, me hubiese conocido hace tiempo. Como ya he dicho mi historia, o lo que he vivido por ahora de ella, está plagada, como en una fábula, de momentos tristes, de momentos buenos, y de momentos inolvidables, siendo estos últimos con los que me quedaré cuando tenga tiempo de contarla, porque cada vez me convenzo más de que es preciosa. 



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